
LA CANARICULTURA
La canaricultura es la rama de la ornitología que se ocupa de la cría y métodos de crianza del canario doméstico (Serinus canaria domestica), así como de sus hibridaciones con aves silvestres como pueden ser el jilguero, el pardillo o el verderón.
Por lo general, la cría de estas aves se lleva adelante en el hemisferio sur entre finales de agosto y mediados de enero y en el hemisferio norte desde mediados de marzo a mediados de julio.
El primer trabajo del canaricultor consiste en seleccionar aquellos ejemplares que desea cruzar, teniendo en cuenta, fundamentalmente, dos parámetros: edad y estado de salud del pájaro. Generalmente, se considera que los pichones están aptos para el apareamiento a partir de los siete meses de vida, variando la finalización de su vida reproductiva de acuerdo con el sexo: las hembras se consideran útiles para el servicio hasta los cuatro años, mientras que los machos hasta los seis. Como todo en esta afición, la cuestión de la edad útil reproductiva de los animales no es ciencia exacta, pues hay ejemplares que pueden alcanzar la madurez reproductiva antes o retrasarse al igual que sucede con la llegada de su periodo de infertilidad.
El estado de salud del canario se controla a través del color de sus deposiciones, debiendo ser de un negro nítido la materia fecal, y de un blanco hueso el orín (una vez seco).
Ya elegidas nuestras parejas reproductoras, con edades y estado de salud acorde, comienza la tarea del emparejamiento entre los ejemplares seleccionados. Esta se realiza los últimos días de invierno, iniciándose con la colocación de la hembra sola en una jaula de cría; tras unos días, se divide con una rejilla la jaula y se coloca el macho separado de la hembra; es en ese momento cuando a la hembra se le otorga una base de nido y material para que lleve adelante la construcción del mismo (hilo, plumas, pequeñas ramas, pelambre de animales...).
En pocas jornadas, el macho comenzará a
cantar de manera estridente; ese es el
momento en el que se quitará la rejilla y se
permitirá que ambas aves se reúnan.
Es frecuente que una vez unidos macho y
hembra se sucedan peleas entre ambos.
El canaricultor, entonces, separará al macho
nuevamente y volverá a intentar el
apareamiento un par de días después. De no tomarse esta precaución, dado que la hembra aún no ha entrado en celo, ambos ejemplares pueden resultar seriamente dañados.
A la semana de ocurrido el apareamiento, la hembra realiza una puesta de entre tres y cinco huevos (en algunas ocasiones llegan a seis), a razón de a un huevo por día. Una vez concluida la postura, la hembra incubará los huevos durante 13 días. Es conveniente que el macho permanezca en la jaula con la hembra puesto que durante el período de incubación ésta prácticamente no abandonará el nido en ningún momento siendo él el encargado de proporcionarle la alimentación pertinente para que su estado de salud no se deteriore.
